lunes, 9 de abril de 2012

Pastillitas

Hola, soy Azulita. ¿Azulita? Sisas, pero también me dicen Stela, que es el apócope de mi nombre. ¿Cómo te llamas? ¿Quién eres?
Hago que la gente que está enferma salga de sus casas, me introduzco en las personas por la vía oral y de alguna manera logran bañarse y volver a salir. Actúo con Zolo. ¿Y ese quién es? Es su apócope.
Muy triste, en todo caso, especialmente para ella, haberse dado cuenta de que necesitaba ayuda. Ya en enero andaba así. Había logrado dejar todo, sumergiéndose en el alcohol, pero un día, una vez que ya no aguantaba más, llamó a la otra, la de piel blanca, blanca, blanca. El pelo también. Parece que a ratos se lo toman el uno a la otra, pero la otra lo tiene negro, negro, negro. 
¡Qué policromías tan feas! Azul, blanco y negro. Se asemejan a un conjunto de juventudes fascistas del Mediterráneo. ¿Cuáles andaban de blanco? La verdad es que no me acuerdo, pero eso no importa. Puede que fueran las de Hitler, hombre que amó la paz como ningún otro, lo dijo en un discurso. No, esas, creo, eran pardas, y en este intento de cuento pardo no hay nada, salvo el apellido del candidato por el que votó para la presidencia de Colombia hace dos años. ¡Pero fue por el rojo! Pues claro, pero se apellidaba del otro color.
Dos de mí y al pelo. Y otras dos de Zolo, más una que parece una bala, esa que la mantiene con vida, Ciclo. ¿Qué ciclo? Dijeron que era como de ciencia ficción. Hoy en día todo invento les parece de ciencia ficción, así sean médicos, así sean científicos, dicen que son cosas como de ciencia ficción, pero esta otra, que a eso se debería dedicar, a aprender a ficcionar, toma pastillas así, de ciencia ficción, pero no sabe cómo hacer un cuento.
Bonito fuera eso: tomar pastillas de ciencia ficción, futuristas, y así, de la nada, volverse cuentista, ficcionista, pero pasa que no, que esa Ciclo nada más afecta el sistema inmunológico quitándole unas cuantas defensas y evitando que una presa muy grande, la más grande del cuerpo, la rechace. 
Qué palabra tan fea esa para referirse a una parte tan vital del cuerpo humano. ¿Sí, no cierto? Órgano, hígado, ¿pero presa? Y así aparece en los manuales. 
Aunque sí la mantiene presa. ¿Cómo? Es como un grillete de 2 mg de alto control farmacéutico y de un precio ridículo que no se lo costearían ni por fuera del país, ni de la ciudad. ¡Válgame! Sí, más el tratamiento del láser, muy costoso también, porque da hiperirsutirmo (del que por sí ya sufría) y eso le crecen las uñas, vello y pelo a la velocidad de la luz. Ni se volvió a depilar las cejas porque parecen fortificadas con un suplemento de calcio y el dolor de arrancárselas duele más que hacerse un tatuaje o un pirsin. Y dice que así se parece a Frida, pero se engaña, porque Frida era Frida y ella es ella y sufre mucho. Entonces sí se parece a Frida. No, porque el sufrimiento de Frida era otro.  
Tanto tiempo escribiendo y desde que le dijeron que ese de 1914 no servía pa' concurso no volvió a escribir cuentos, no más este, tan bobo. 

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